Del artículo de Manuel LOMAS CORTÉS : «La permanencia morisca en la Ribera Baja del Ebro tras la expulsión de 1610».
«Agustín Vineyma, tornero, sacristán de la cofradía de Santa Ana y mayordomo, consejero y mayoral de la de Santiago años atrás, frecuentaba tanto la Iglesia de ese nombre-se encargaba allí de las limosnas- como la Iglesia Mayor de Tortosa. Amigo de la casa del licenciado Jaume Jordá, caballero de la ciudad, se decía que por piedad cristiana había hablado a las tropas de moriscos aragoneses camino de los Alfaques para que se embarcaran en paz -aunque otro testimonio negaba tal extremo-. Asistía y cumplía sin duda con todas las celebraciones religiosas, comía tocino y bebía vino, lo mismo que otros de los Vineyma.
Centro de Interpretación de la Semana Santa de Tortosa.Antigua casa de los moriscos Boteller.
COMENTARIO DEL AUTOR
Hemos localizado el testamento de Isabel Vineyma, dictado ante el notario Pedro Puigvert, en 1614. Isabel, es la hija de Agustín Vineyma y de Violante y viuda ya de Miguel Pino. De su testamento, cuya fórmula es similar a las de todos los dictados en esa época, destacaremos que deja como albaceas a dos de su hijos Guillem y Francesc, -tiene otros dos varones mas, Luis y Miguel- los cuales han eludido también la expulsión de 1610 junto con Violante Vineyma,hermana de éstos y esposa a su vez de Monserrat Curto, tornero.
Deja dicho Isabel, que su cuerpo sea enterrado en el vaso de la Iglesia de San Jaime, donde ya reposa su marido Miguel. Tiene mandado, que en lo relativo a su entierro, se le de la extremaunción, y le sea administrada por el Cura y cuatro capellanes y le sean dichas diez misas en los altares que sus albaceas dispongan, mas otras dos Misas en el altar de Nuestra señora del Rosser del Monasterio de San Francisco y otras dos Misas en el altar privilegiado de las ánimas de la Seu de Tortosa. Además de todo ello, provee que por las animas suya y la de su marido, se funde un aniversario perpetuo en la Iglesia de San Jaume, por la cantidad de 6 Libras, moneda barcelonesa.
A su hija Violante, esposa de Monserrat Curto, le deja por herencia y legítima cinco sueldos,en «los cuales y en los que ya le doné en tiempos de su colocación-matrimonio-la hace como herencia mía particular».
A su hijo Francesc Pino le deja todos los muebles que se encuentran su casa, aunque la mayor parte ya eran suyos. De todos los demás bienes deja herederos a partes iguales a Guillem, LLuis, Miguel y Francesc Pino Vineyma, sus hijos. Último testamento, a 20/11/1614
Firman: Los moriscos Luis March y Joan Princep junto al escribano cristiano viejo Miguel Angel Granell.
Primera página del testamento de Isabel Vineyma hija de Agustín.Dictado en 1614 en Tortosa.
Los testimonios de los testigos que hablan de la piedad cristiana de Agustin Vineyma, así como el testamento de su hija Isabel, evidencian que la religiosidad de la familia era notoria. La misma actitud de detecta en otros de los linajes que fueron excluidos de la expulsión, como los Curto, emparentados como hemos visto por vía del matrimonio de Monserrat Curto con la nieta de Agustin,Violante Vineyma. Nos encontramos ante una claro caso de hiperreligiosidad, como estrategia de integración en el círculo de los cristianos viejos de Tortosa.
La frenética actividad religiosa de los Vineyma y los Curto entre otros, no es la única estrategia de integración de este grupo de moriscos. Se combina con el abandono del barrio morisco y la residencia en los barrios cristianos, con la lucha por pertenecer a Cofradías, gobierno de la ciudad o a las milicias -1- tanto como la práctica de los matrimonios mixtos con familias tenidas por cristiano viejas. Se recaba ante testigos, incluso la fama de comer tocino y beber vino como prueba irrefutable de su integración y abandono de toda mácula islámica. No son raros los casos de moriscos del Baix Ebre, especialmente en los pueblos tenidos por mas asimilados e incluidos en la primera categoría de las que establece el Arzobispo Manrique cuyos hijos y nietos son sacerdotes, clérigos o monjas.
Castillo de Tortosa
-1- La organización de la defensa de la ciudad en el siglo XVI estaba basada en los trastes. Este término se emplea en los documentos para referirse a los diferentes tramos de muralla, quince en total, en que se dividía el perímetro amurallado que protegía la ciudad. El mismo nombre recibían cada uno de los grupos de hombres o milicianos a quien correspondía la defensa de los paños de muralla. Los diferentes estamentos que conformaban la totalidad de la población -nobles, ciudadanos honrados y menestrales- participaban en diferente medida en la defensa de la ciudad. Los principales linajes, entre los que figuraban los más ilustres apellidos -Curto, Torrelles, carrizal de Sebil, Jordán, Sebil, Botellero, Soldevila y Despuig, entre otros- capitaneaban y tenían a sus órdenes los menestrales y parroquianos pertenecientes a las diferentes cofradías de la ciudad, que conformaban el grueso de las milicias.
En «Festa del renaixement de Tortosa.L’esplendor d’una ciutat al segle XVI»