Diego del Redal, vecino de la localidad riojana de Inestrillas, en el Valle del río Alhama,era miembro de un antiguo linaje de musulmanes riojanos. Su larga familia contaba con miembros en la vecina localidad de Aguilar del Río Alhama, convertidos forzadamente al cristianismo tras los Edictos de Conversión de los moriscos castellanos de 1505.
Entre 1546 y 1599 el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición del Reino de Navarra, desata una brutal represión de las comunidades moriscas del Rio Alhama, Cervera, Aguilar e Inestrillas, que diezmaron las familias moriscas de los Océn, Amillo y los Redal entre otros linajes.Mas de 58 personas fueron quemadas vivas, en estatua o desenterrados y quemados sus huesos, amen de otros centenares que fueron a parar a las cárceles secretas, sometidos a tormento, confiscados sus bienes o desterrados de sus pueblos.
La localidad riojana de Inestrillas, patria de Diego del Redal.
«La peripecia del Diego del Redal ,morisco,vecino de Inestrillas, resume los padecimientos soportados por esta minoría en el alto Alhama,ya que pocos como él lograron sortear el terrible correctivo inquisitorial y después el duro trance del éxodo.Algunos rasgos biográficos bastan para considerarle prototipo de los supervivientes, al tiempo que, por su facilidad de adptación y laboriosidad se haría acreedor al respeto de sus convecinos, como nexo integrador de ambas culturas.
Miembro del antiguo linaje mudéjar de los Redal, a duras penas pudo eludir el durísimo castigo sufrido por su progenie, particularmente tras la detención y procesamiento de su homónimo y allegado Diego del Redal, condenado por profesar creencias de moros en los Autos de Fe celebrados sucesivamente en Logroño en los años 1574 y 1575.La esposa de éste Maria La Recia, pese a estar acogida al perdón de 1574, también ingresó en las cárceles secretas, donde murió.Relajada en el proceso de 1585 en efigie y exhumados sus huesos, se ejecutó en ellos la sentencia.
Como era frecuente en Aguilar, también otros miembros de su estirpe- en este caso cuatro mujeres-sufrieron los rigores del Santo Oficio. Su hermana Francisca, reconciliada en 1581, fue condenada a ocho años de cárcel por facilitar la huída a través de su casa a un correligionario perseguido por los oficiales de la Inquisición.Además en el auto público del años siguiente, Catalina del Redal de 30 años de edad, tras sufrir tormento sería castigada a cárcel perpetua.También en auto de 1588 compareció relajada en estatua Maria del Redal, contumaz anciana de 77 años, cuya avanzada edad no fue impedimento para su fuga, e idéntica pena se aplicó a Isabel del Redal, por el mismo delito, pues » no pareció ni en Aguilar ni en Aragón donde fue buscada».Respecto de Francisca, hay que señalar que , transcurridos tres años desde su condena, Juan de Isla, receptor del Santo Oficio, vendía su hacienda al Conde de Aguilar.
Palacio de Inestrillas
Es difícil averiguar las razones que contribuyeron a que Diego del redal pudiera soslayar tan durísima represión familiar.Tal vez su alistamiento en las milicias reales propiciaría su indemnidad.Igualmente desconocemos las circunstancias de su matrimonio con una Beatriz Herrero, posiblemente la morisca viuda de 19 años reconciliada en el auto de 1585.Si es seguro que en 1603, Diego simultanea sus labores en el campo con el trato de productos agropecuarios, pluriempleo habitual en la tierra de Aguilar.De esta manera le vemos trajinando con fruta por cuenta propia o asociado con Juan Jiménez, alguacil-ejecutor del Conde en la comarca: dedicarse a la compraventa de cueros de buey, e incluso de fincas como La Nava, adquirida a su convecino Diego Morales.También participa como procurador del Concejo de Inestrillas en un pleito con Cervera sobre pastos y aprovechamientos.
Tras el fallecimiento de su primera esposa, de cuya unión quedarían dos hijos, el 12 de Septiembre de 1607, contraía segundas nupcias con la viuda Petronila Pérez, cristiana vieja con cuatro hijos y de familia muy arraigada en Inestrillas. Fruto de ese matrimonio será el nacimiento de otros tres hijos varones, circunstancia que le irá obligando a redoblar su actividad.
LA EXPULSIÓN FALLIDA DE DIEGO DEL REDAL.
En los días críticos de la expulsión, en la averiguación instruida el 12 de Abril de 1611, sobre los moriscos vecinos de Inestrillas, se informa al Corregidor que Diego del Redal es » muy buen cristiano que ha servido a S.M. como soldado».Pese a la inseguridad de aquellos días, no duda en solidarizarse con sus convecinos que se encuentran en situación difícil, ofreciéndose garante del ya mencionado Colato, preso en 1613 en la cárcel de Inestrillas. Este mismo año afianza también al herrero Diego Amador, encarcelado en Agreda junto a varias personas acusadas ante el corregimiento de Calahorra por tráfico de moneda falsa. Aval que iría a depararle graves disgustos, ya que una vez prestada caución por el reo y liberado a condición de comparecer ante la justicia cuando fuese requerido, incumplió su promesa. Como era previsible, comprobada la desaparición de Amador, el licenciado Bustamante ordenó el arresto inmediato de Diego del Redal y su ingreso en cárcel de Agreda.
Esta circunstancia pondría en evidencia los apoyos que disfrutaba en toda la comarca: El 17 de Enero de 1615, sus allegados y amigos ofrecían garantía para conseguir su libertad, prestando el cura Juan de Orcondona y otro vecino 100 ducados de fianza.También comparecieron como garantes el Alcade de la Villa, Juan Pérez, y el terrateniente Don Francisco, sustituidos después por otros cuatro convecinos, entre ellos su cuñado Francisco de Vera.
Por su parte el preso confería dersde la prisión de Agreda, autorización a su esposa para que, a su vez, apoderase a los nuevos fiadores. Con todo, estas múltiples garantía no debían ser suficientes, pues el 16 de Febrero Juan de Igea, clérigo de Cervera, ofrecía otra fianza de 200 ducados para la liberación del morisco siguiendo instrucciones de su tío el influyente bachiller Igea de la Quintana.
Palacio de los Castejones, sede de la antigua cárcel de Agreda donde estuvo encerrado Diego del Redal.
Estas infructuosas gestiones obligaron a los parciales de Diego del Redal a adoptar derroteros muy diferentes para lograr su excarcelación: El 18 de Febrero de 1615, el alcalde Pérez decidía arrogarse competencias en la causa exigiendo la remisión de los autos y el traslado del morisco a la cárcel de Inestrillas. En consecuencia el Corregidor entregaría al preso en Agreda a dos personas influyentes en la Villa, Francisco de Cabriada y Francisco de Castejón, y estos lo depositaban bajo custodia del carcelero Juan de Varea, quien seguidamente procedió a ponerlo en libertad.
Confiado en la protección de estas amistades, Diego intentaría recobrar su actividad, suscribiendo el 5 de Mayo un arrendamiento por dos años de la finca denominada Lobos, pero en realidad, continuaba inscrito en la lista de expelidos y sus bienes habían sido puestos a la venta, circunstancia que obligara al matrimonio a recurrir ante la Real Chancillería.Conminado por el Corregidor reiteradamente para que abandonase la tierra de Aguilar, decidió ocultarse, observando, impotente, las diligencias del proceso ejecutivo de su hacienda.
Al no ser hallado Diego del Redal, con requisitoria del Conde de Salazar, el licenciado Bustamante ordenó su busca y captura.Éste,conciente de la complicidad urdida el año anterior por D.Francisco y otros vecinos, sepersona el 5 de Agosto de 1616 en Inestrillas y exige al alcalde Orcondona el nombramiento de dos ayudantes para que le acompañen en las pesquisas encaminadas a prender a del redil, «morisco de la villa de Inestrillas».tras declarar la indemnidad del anterior alcalde, Marcos de Medina, procedía a la lectura de un auto-fechado el 23 de Febrero-que sancionaba con 20.000 mrs. a quien quebrantase la prisión del morisco.Seguidamente se personaba en el domicilio del carcelero Varea para notificarle el escrito,pero,al encontrarse el carcelero «casualmente» en cervera, entregaría a su cuñado un apercibimiento ordenando la prisión de Diego si aparecía por la villa.
Al día siguiente,continuando con la búsqueda del reo,el fiscal se traslada a Aguilar y, tras inútiles indagaciones,amenaza con la pérdida de bienes a los vecinos que le oculten en su casa.El día 7, ya en Cervera, pregona en la Plaza de Santa Ana la comisión del Conde de Salazar decretando la expulsión del morisco, proclama que repite el 8 de Agosto.
Entretanto,coincidendo con la llegada a Inestrillas del fiscal, una vez secuestrados los bienes del matrimonio, otros oficiales iniciaban las diligencias del embargo de bienes.El inventario de enseres realizado en su domicilio registraba un escuálido patrimonio, consistente en un arca con abundante ropa blanca de lino, otras tres arcas viejas, un armario consus cajones- todos vacíos- y además una caldera grande.Es indudable que, previamente, los del redil habían desmantelado su hogar.Tambien apareció documentación diversa,licencias, cédulas reales, provisiones y ejecutorias del consejo de Hacienda, que incautó parcialmente el Fiscal Medina. Fuera de la casa se intariaban tres machos herrados, color castaño, un pollino y diez cargas de trigo hacinadas en las eras.
Verificado el recuento,Petronila nombraba depositario de los bienes a su convecino Juan perez a la vez que rogaba se liberase del embargo al pollino por tener necesidad de él y ser de poco valor y matado de los lomos,súplica que, previo juramento de la embargada, fue atendida. Sin demora,finalizadas las diligencias el fiscal FIJARIA UN EDICTO EN EL ROLLO PICOTA DE LA VILLA DECLARANDO OFICIALMENTE EXPULSADO A DIEGO DEL REDAL.
Sin embargo este proceso ejecutivo parece responder a una realidad virtual, pues Diego del Redal no solamente lograría permanecer en Inestrillas, sino que poco meses después, ahora definitivamente, recuperaba el tiempo perdido.
Un año después en 1619 accedía a la alcaldía de Inestrillas,elección que sería impugnada por su convecino Alonso de Vallejo ante la Chancillería de Valladolid. El recurso, incoado personalmente contra él,,consiguió su remoción del cargo,,medida que logró diferir el Concejo hasta finalizar su mandato.
Murió en 1625. Sobrevivió en cuatro años a sus burlados perseguidores, Don Bernardino Velasco, Conde de Salazar muerto en 1621 y a Felipe III de Austria, muerto también en 1621.
Textos de Miguel Angel Ramírez de Arellano: «Poder y sociedad morisca en el Alto Valle del Alhama.1570 a 1614». I.E.R., 2009.Logroño.
COMENTARIO DEL AUTOR:
La agitada vida de Diego del Redal, no siendo un caso excepcional en el terrible destino de los cientos de miles de moriscos afectados por el Bando de Expulsión de 1609 a 1614, permite entrever algunas de las causas que propiciaron la permanencia de numerosos moriscos, años después de esas fechas:
1.- La existencia de redes clientelares que protegieron de la expulsión a ciertas familias moriscas y de relaciones de todo tipo, entre las que no eran menores las económicas.
2.- La complicidad de Concejos locales, alcaldes y curas en el ocultamiento y posterior sostén de los pretendidamente expulsos como Diego del Redal.
3.- La resistencia de los habitantes de algunas villas y lugares a aceptar, sin mas, la deportación de sus vecinos y eso aun sabiendo que en el caso de los Redal se hablaba de una familia de fuertes convicciones musulmanas que llevaron a la hoguera, a la cárcel y al tormento a numerosos miembros de las mismas.
4.- La condición de Diego de ex-soldado y su matrimonio con la cristiana vieja Petronila Perez, no le salvó de ir en los listados de expulsos, pero daba fe de sus estrechos vínculos con ambas comunidades, pues a la vez usa su influencia y su dinero en socorrer a otros convecinos moriscos en situaciones difíciles.
5.- Destaca la incapacidad de las autoridades reales para conseguir la captura y deportación del morisco Diego del Redal,hasta el punto de hacer pública su expulsión cuando era de todos los vecinos sabido que seguía en Aguilar o Inestrillas.
6.- Unos años después, Diego del Redal, lejos de desaparecer, es elegido alcalde de la Villa.
No solo los Redal permanecieron en Inestrillas, también otros linajes moriscos se quedaron allí y en Cervera y Aguilar. Sorprendentemente los Amillo, que tenían hasta 7 parientes quemados en los Autos de Fe entre los años 1546 a 1599. También los Montero, los famosos del Infante, los Alcamar, Rubio, Guadix, Escudero, Alexandre, Valdelagua, De Vera, Burgos, De Jorge, de Arcos, Colato o Soria.