El licenciado Molina, morisco granadino expulsado a Argel en 1609, escribe su peripecia a un amigo cristiano en España

Carta del icenciado Molina, morisco granadino, escrita desde Argel a Don Jerónimo de Loaysa, caballero de Trujillo, en Julio de 1611 en la que relata los itinerarios de los moriscos expulsados y sus peripecias hasta llegar a la ciudad en que se fijan definitivamente.

GARCIA ARENAL, Mercedes: «Los moriscos».Granada,1996.


Vista de Trujillo

El no haber hecho esto por extenso antes de ágora no ha sido haberme olvidado de la mucha merced que siempre de su casa he recibido, porque esto he tenido y tengo memoria mientras viviere.Y aunque de Liorna tengo escrito a vuestra merced como estábamos allí,fue muy deprisa: y ágora que se ofrece la ocasión daré larga razón de lo sucedido después que salimos de Cartagena, porque hasta allí ya tengo escrito largo. Llegamos a Marsella, donde fuimos bien recibidos con promesas de ampararnos en todo: mas dentro de pocos días todo se volvió al revés de lo que a prima facie mostraron. Pues habiendo sucedido la muerte del Rey Enrique Cuarto, nos hallamos en Marsella un día a punto de perdernos todos y que nos saqueasen, diciendo haber sucedido por Orden del rey de España, y que nosotros éramos espías del rey que veníamos a ganarles la tierra y nos cercaron, y en mas de quince días no faltó gran prevención de guerra en la ciudad, y al cabo sellos, nos quitaron gran parte del dinero, condenándonos a ellos por sentencia.Y aunque la Reina lo quiso remediar enviando un Juez sobre ellos, venía tan hambriento de dineros, que dándole un amigo mío de Baeza cien escudos de oro los tomó y volvió uno para que se lo trocase diciendo que le faltaba un poco del peso.


Entrada a la bahía de Marsella

Visto este mal tratamiento, todos los que estaban allí, que serían mas de mil personas determinaron salir de aquel Reino e irse a parte donde tuviesen mas sosiego.

Nosotros nos fuimos a Liorna, donde nos sucedió lo que en Marsella. Y visto que allí y en las demás señorías de Italia, no nos querían mas que para servirse de nosotros en cultivar el campo y otros oficios viles, y había la mas gente, que nos los sabían hacer ni estaban enseñados a estos oficios: pues todos los mas eran mercaderes y muchos con oficios de República; y que no había orden de volver a España, pues los que habían quedado en Extremadura los habían echado con bando forzoso y que todos estos que habían venido así no había escapado ninguno de ser robado por los marineros, forzándoles sus mujeres e hijas: pareciónos haber sido buen consejo, antes que nos sucediesen como a estos que han venido ágora.


Puerto de Livorno

Pues considerando esto, acordamos irnos de allí, a donde fue la voluntad del rey enviarnos y así todos los de Trujillo venimos a esta ciudad de Argel donde estaban los más de Extremadura, la Mancha y Aragón.

Y no piense vuesatra merced ha sido en mano del Rey de España el habernos desterrado de su tierra, pues ha sido inspiración divina porque aquí he visto pronósticos de mas de mil años en que cuentan lo que de nosotros ha sucedido y ha de suceder y que nos sacaría Dios de esa tierra y que para esto pondría Dios en el corazón al rey y a sus Consejeros, el hacer esto y que moriría gran parte de nosotros por mar y tierra y en fin todo lo sucedido. Pero que el mas mínimo agravia lo tomaría Dios por su cuenta y enviaría un Rey que sojuzgaría todo el mundo con sola la palabra de Dios, contra el cual no valdría cerca ni artillería.Y otras muchas cosas que dejo por acortar palabras.

Y otro pronóstico he visto de un astrólogo de Valencia que han traído allí de España este año. Pues milagro ha sido desterrar los corderillos mansos mas fructíferos y desarmados y quedarse con los lobos mas voraces por mansas ovejas.

Y créame vuestra merced, no escribo esto como apasionado y ofendido sino con la misma intención que si estuviera en España: pues aquí no nos han obligado a ningún acto espiritual, ni corporal, que nos haga desdecir de lo que habemos sido, y así me holgaré que vea vuestra merced las Profecías sobre esto.De Argel a 25 de Julio de 1611.


COMENTARIO DEL AUTOR:

Se difundió por los autores que defendieron la Expulsión de los moriscos,seguramente como parte de la campaña de propaganda de la Monarquía,la idea de que los moriscos en su conjunto eran una masa de campesinos analfabetos, malos cristianos y malos musulmanes a la vez, desarraigados e impotentes ante la presión continua de las autoridades eclesiásticas y seglares.

La carta del licenciado Molina es solo un botón de muestra de otros muchos testimonios que rebaten aquellas malintencionadas afirmaciones que han llegado incluso hasta autores contemporáneos. Cuando Molina denuncia a las autoridades italianas de Livorno, donde han recalado huyendo de Marsella, las acusa de intentar obligarlos a trabajar como siervos en la tierra, cuando, afirma que la mayoría de los mas de mil que componen ese grupo, son mercaderes o cargos públicos -oficios de República como el los llama- y que aluden a los oficios de escribanos, notarios, regidores o arrendadores del fisco. Oficios y actividades comerciales en los que era obligado saber leer, escribir y manejarse al menos en dos lenguas, la lengua vehicular castellana y la familiar y grupal algarabía.

Otro detalle importante es que Molina defiende como acertada la decisión de haber salido con los primeros contingentes de expulsados en lugar de esperar a las salidas mas forzadas de los años posteriores, puesto que la salida organizada y en grupo les preservó de los  numerosos abusos que padecieron los contingentes menos cohesionados y numerosos de las segundas y terceras expulsiones protagonizadas por la inquina del  Conde de Salazar y el Comisario Madero.

También en la carta hay un detalle no menos importante. Molina desliza ya al final de su carta que en contraste con las persecuciones de España,el maltrato y el saqueo a que se ven sometidos en francia e Italia, en Argel nadie les ha obligado a hacer nada contra su voluntad: » pues aquí no nos han obligado a hacer a nigua acto espiritual ni corporal…», defendiendo que finalmente la Expulsión es obra de Dios que ha inspirado un acto cruel en el rey de España,para un buen fin como era poner a salvo a los moriscos de sus perseguidores.

Una cosa mas.Desliza Molina un juicio de notable sutileza y que resulta una carga de profundidad para que se la piense su amigo cristiano: los moriscos son corderillos mansos que la Monarquía ha desterrado sin causa, mientras que quedan en España los lobos mas voraces con piel de cordero. A mi juicio una clara alusión a que quedaban en tierras hispánicas, para desgracia de los españoles, los lobos de la Inquisición que habrían de pasarle con el tiempo una gravosa factura.