Francisco Vives, es en realidad un cristiano nuevo procedente de Berbería, integrado en la comunidad morisca de Benaguacil, y que se convierte, junto con su mujer Fátima y un mercader cristiano,Gaspar Coscolla, en el testigo principal de la Inquisición en el proceso seguido contra la familia de los Abenamir o Benamires, nobles descendientes directosde de Almazor y de los últimos gobernadores musulmanes del Reino de Valencia.
El proceso a los Ben Amir, es parte de un macroproceso contra las redes de alfaquíes y escuelas coránicas que existían en el Reino al amparo y protección de muchos nobles cristianos. La influencia de los caballeros Benamir impide una sentencia dura en el final de la causa. Otros moriscos no tendrán esa suerte ni esas influencias. Aquí, la declaración del morisco Vives y su esposa:
Casa de los Benamir en Benaguacil.
Vives: » En Valencia a 21 de Mayo de 1567, en la Sala del Secreto de la Inquisición y ante el Inquisidor Manrique compareció Francisco Vives, cristiano nuevo de moro de allende, preso en las cárceles de este Santo Oficio y dijo que: Es verdad que ha sido moro y ha ayunado el Ramadán en compañía de Don Hernando y Don Cosme y Don Juan de Benamires, hermanos, a los cuales ha visto este confesante ayunar el dicho Ramadán, y que son moros, y que el Don Hernando se llama Abrahim de nombre moro, y que los moros estiman mucho a estos Benamires porque son caballeros y les favorecen mucho, y que también ha visto que guardan sus Pascuas de moros por el tiempo que les caen y matan las aldeheas para celebrar sus Pascuas, y les ha visto que rezan sus oraciones de alhandu y coliga y se acuerda de ver a Don Cosme leer en un libro de Alcorán y en otros libros de moros y decía el mismo Don Cosme al declarante que fuese moro y cuando leía el Alcorán, delante de este confesante estaban también presentes la mujer y las hijas de Don Cosme, que la una tiene 18 años y la otra 15 años, las cuales son moras también y hacen vida de tales, y que se acuerda que yendo este confesante un día a la casa de Don Juan de Benamir le dijo una moza morisca que no podía entrar porque el señor Don Juan estaba a haciendo la çala y que todos los de Benaguacil desde el primero hasta el último son moros, porque siendo tenidos por caballeros y hombres entendidos y de consejo, hacen todo lo que ellos les dicen y que este declarante fue con Don Cosme a la Corte y vió que el Señor Inquisidor Miranda le favorecía mucho y les ha favorecido a todos ellos para que traigan armas y les ha hecho familiares del Santo Oificio y ellos le quieren mucho.
Recinto amurallado de Benaguacil.
Fátima, esposa de Francisco Vives:
«En Valencia a 28 de Julio de 1567, en la Sala del Secreto del santo Oficio y ante el InquIsidor Manrique, pareció una mujer que preguntada respondió llamarse Francisca de nombre cristiano y Fátima de nombre moro, casada con Francisco Vives, vecina de Benaguacil y residente en este pueblo, hasta que de él la han echado los Benamires, por sospecha de que su marido Vives, había delatado o confesado contra ellos en el Santo Oficio. Entonces la declarante se fue a Riba-Roja lugar cercano a Benaguacil, pero también de allí la hizo salir por la misma causa Don Cosme de Abenamir, moro como todos sus hermanos, del cual dicen que ha ido a ver al Rey y otros que ha ido a ver al papa y algunos que está escondido en la Sierra huyendo de la Inquisición, pero donde esta declarante ha hablado con él es en Riba-Roja, lugar en el que don Cosme tiene intereses.
Vista de Riba-Roja desde el cauce del río Turia.
En 23 de Agosto de 1567, el Magnífico Francisco de Hermosa, alguacil del Santo Oficio, hizo en persona relación de haber buscado por sí mismo y por medio de otras personas en diversas partes a Don Cosme de Abenamir que no se halló ni le hallaron en Benaguacil y nadie sabe dar razón de su paradero en dichas partes.
COMENTARIO DEL AUTOR:
El proceso a la familia de los Abenamir, nos proporciona una valiosa información de las tácticas de los tribunales inquisitoriales. En este caso, dada la influencia de los procesados, se trata de romper el circulo de solidaridad en los pueblos moriscos de Benaguacil, Riba-Roja y otros, presionando sobre los eslabones mas débiles de la comunidad morisca.
Como bien dice el testigo, el prestigio de los Abenamir entre las poblaciones moriscas era muy alto y especialmente en su propio pueblo donde actuaban como una élite nobiliaria, religiosa, política y económica. Resultaba muy difícil encontrar delatores y testigos entre los moriscos arraigados en esas poblaciones, por lo que la Inquisición trabajó para obtener información actuando contra Vives, un morisco de origen berberisco, al que suponemos menos arraigado en el pueblo que sus convecinos.
De hecho, lo primero que hace el Santo Oficio es encarcelar a Vives, y una vez en las cárceles secretas -seguramente a cambio de mayor benignidad en las condenas-obtienen de él una confesión que implica a los Abenamires como musulmanes, alfaquíes y dirigentes de las comunidades moriscas valencianas.
Vives es un testigo obtenido desde «dentro», su esposa Fátima, busca refugio en los brazos de la propia Inquisición, contribuyendo con sus declaraciones a la delación, pues apercibidos los moriscos de Benaguacil y Riba-Roja y los propios Abenamir de la delación de Vives, expulsan de la comunidad a Fátima.